Historia Sagrada
Rafael Arango Villegas, el ingenioso humorista manizaleño, en su escrito “Como narraba la historia sagrada el maestro Feliciano Ríos”, con sabor localista propio de su pequeño mundo regional, humaniza a Dios al modo paisa y nos cuenta historias del Paraíso Terrenal, de Adán y Eva. Deliciosas de leer. Con frecuencia las recuerdo. En un amable espacio de mi juventud, iluminado generosamente por el aguardiente Cristal, un contertulio revivió esa forma de narrar la historia sagrada. Repetía, de Rafael Arango, que las mujeres están en este mundo porque a nosotros, los hombres, nos dio la gana. Porque nos dio lástima de ellas y le dijimos a mi Dios que las hiciera. Él no había pensado ni por un momento en ellas. Este mundo estaba organizado para funcionar con hombres. Nada más que con hombres. Pero Adán, de puro majadero, se puso a pedírselas a Dios. Le dijo que le diera una compañera, y vea la “nadita” que nos acomodaron encima, después de lo sabroso que estábamos así solos. Mi conter...