PITO´EVIEJA
Éramos adolescentes en Manizales y a muchos nos advertían de no pasar frente al almacén Norge, lleno de electrodomésticos, que quedaba cerca de la Catedral Basílica. Su dueño era un insinuante y activo homosexual apodado Pito´evieja.
Un comerciante exitoso que no ocultaba su preferencia sexual, la cuál le motivaba insultos y presentaciones en las estaciones de policía. En una de tantas el inspector le inquirió si había sido él quien le había ofrecido, al menor que lo había denunciado, mil pesos para acompañarlo a su cuarto. Briosamente lo afirmó sin tapujo alguno y coronó su intervención asegurando que la propuesta seguía en pie. Tenía valor civil e indolente descaro.
Conservador activo acompañaba a los grandes próceres godos locales a muchas de sus correrías. Estaban en Pasto ante un auditorio frío, ausente. Las peroratas grecocaldenses no les llegaban a su corazones. Pitoévieja, afanado, arrebató el micrófono y con verbo incendiario puso a palpitar la plaza entera. Se armó el tumulto, querían prenderle fuego a la casa liberal y apareció la policía. Fue considerado un triunfo total. En ese entonces el éxito de los discursos políticos se medía por la pelotera causada y el número de muertos.
Sin cambiar sus apetencias sexuales cambió de ciudad, de oficio y de partido político. Vendió su almacén, se tornó en prestamista y tomó activamente las banderas de la Anapo. Su centro de actividades era la Plaza de Bolívar de Pereira. Fue representante a la Cámara de Representantes por Risaralda y se dio un magnífico baño político. Tenía capacidad para esas lides.
A pesar de su comprobado valor civil y de su prestancia política lo asesinó uno de sus deudores y arrojó su cadáver en el Boquerón, en una cerrada curva, en la vía Pereira- Santa Rosa. Los adolescentes volvieron a pasear por el parque , donde ya tranquilos del morbo del comerciante difunto, algunos patriotas adornaron con un Bolívar desnudo.
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