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Mostrando las entradas de mayo, 2025

CONDUCIENDO CON UN TOQUE ESPECIAL

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    Mi mamá, posiblemente luego de una buena cosecha de café, compró un automóvil Dodge de segunda mano, color azul, modelo 53. Fue la locura. Su profesor de manejo era un propietario de taxis, un moreno amable y bien plantado que se llamaba David. Ni siquiera este David pudo con Pastora Jaramillo, era ella quien ponía las reglas. Mi mamá solo respetaba las normas de tránsito que le convenían. Manejaba a la máxima velocidad que el tráfico le permitía. Además, hacía vida social al volante, y pretendía saludar a todas las personas con las que se cruzaba. Ser tan conocida se traducía en frenadas intempestivas y continuos trancones. Tuvo muchos accidentes menores, se estrelló contra la puerta de mi colegio, arrastró varios metros a un policía de tránsito que estaba montado en una gran torre de madera, desde donde inútilmente pretendía dirigirla. Una vez, bajando a La Arabia en el Land Rover de la finca familiar, decidió echar atrás al conductor y tomar el control del vehículo. En ...

Y QUE LES QUEDEN BALAS

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    Estudié Zootecnia en Medellín. Todo lo relacionado con ovinos me atraía. A la facultad había llegado una excelente misión inglesa especializada en el tema. Con un hermoso carro de timón a la derecha, un pastor irlandés con sus perros  border collie , y un “sir” incluido: Sir Stanley Harris, su director. Había nacido en la India, en pleno apogeo del dominio británico, y fue combatiente en la Segunda Guerra Mundial. Sir Stanley se enamoró de Colombia, de sus paisajes y de sus hongos comestibles. Siempre que salíamos al campo los descubría y disfrutaba. Le pedí que me enseñara a distinguirlos. Se negó a hacerlo, explicando que, debido a la gran variedad y a la presencia de hongos tóxicos, no podía enseñarme lo suficiente para evitar una tragedia. Sorprendía con sus vastos conocimientos. Trajo a Colombia nuevos cruces de ovinos para carne y sostenía que, en muchas tierras del país, se podían producir más kilos de carne con ovinos que con bovinos. Hice mi tesis de grado so...

Viviendo en el barrio Santafé

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    Iba a comenzar mis estudios de Derecho en Bogotá en 1963, y mi mamá, por recomendación de una amiga y sin conocer el lugar, me consiguió vivienda en un apartamento del barrio Santafé. Hoy, es un sitio impensable para vivir con tranquilidad, ya en aquel entonces empezaba a serlo. Agradecí el gesto y me acomodé en ese nuevo mundo bogotano, tan ajeno a mí. Era un edificio viejo, bien ubicado, con transporte fácil hacia la Universidad Javeriana donde iba a estudiar. Poco a poco fui conociendo a sus ocupantes: dos apartamentos compartidos por azafatas de Avianca, otros por parejas jubiladas, varios por empleados públicos, y el resto, por una variada fauna de homosexuales y travestis que se ocupaban en diferentes oficios. El mío estaba lleno de manizaleños. Algunos ya trabajaban, otros estaban por terminar odontología. También había un piloto, y yo, el recién llegado pichón de abogado. Poco nos unía, salvo el gusto común por el aguardiente Cristal. Recuerdo especialmente a unos ...

¡PAPÁ, LLEGÓ UNA BRUJA!

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       Estaba recién egresado de Zootecnia y terminando mi entrenamiento para trabajar en Purina Colombiana. De urgencia me encargaron de la zona Tolima, Huila y Caquetá con sede en Ibagué, sin tiempo para llevar a mi familia. Tenía todos mis gastos pagos en el Hotel Ambalá, y yo no me atrevía ni a respirar fuera del hotel. Pasaban las semanas, y un viernes, al comenzar la noche, nostálgico, bajé al vacío y amplio bar del hotel, me senté ante una mesa y pedí una botella pequeña de aguardiente Cristal. Lentamente disfrutaba cada trago, y cada minuto me sentía más solo. De repente, sentí llegar a un animado grupo de personas que traían  instrumentos musicales. Todos cantaban, todos tocaban —por algo estaba en la capital musical de Colombia—. Me sentía feliz, en un ambiente similar al de las tertulias en mi casa en Manizales. Para mi sorpresa, un amable tolimense que venía con ellos, se me acercó para invitarme a unirme al grupo. Tomé mi botellita y me integré...