LLEGARON LOS RUSOS
Inpescol , creó una compañía comercializadora de pescados y mariscos. Era Olita. Su dinámico gerente, Octavio Estrada, amplió nuestra visión, nos obligó a mirar hacia el Océano Atlántico. Vio una oportunidad en dos pesqueros rusos, cada uno con capacidad para congelar 120 toneladas de tesoros del mar. Agenciados a las patadas en Colombia. Traían la pesca, en el puerto poco se vendía y no encontraban bodegas disponibles para transferir el pescado. Así se entorpecía toda la cadena productiva. La empresa responsable de los barcos era española. Sovhispan, creada en tiempo de la dictadura de Franco para atender a la flota pesquera rusa, y tenía sede en las Islas Canarias. Octavio logró que rompieran con sus anteriores representantes locales e Inpescol comenzó a actuar. Él comprendió donde estaba el nudo gordiano y lo cortó. El pescado que traían era denominado Ronco, lo vendían barato, y apenas cuando podían. Al Ronco tuvimos que darle estatus, empezamos a llamarlo Dorado, dupl